martes, 16 de septiembre de 2014

La nueva religión



Contemplo asombrado la fuerza de la Nueva Religión.
En su búsqueda de la verdad, el hombre moderno ha encontrado un atajo, muy típico de nosotros.  Ante la incapacidad de dar una única y absolutamente certera respuesta a las preguntas que nos atormentan, hemos optado por simplificar el mundo para así poder comprenderlo. Hemos aceptado la trampa de cambiar el “por qué” por el “cómo” y mirar hacia otro lado, confundiendo así el motivo con la forma, y nos regodeamos orgullosos en nuestro engaño creando la falsa ilusión de que lo sabemos todo; nunca una generación supo tan poco.
En esta Nueva Religión hay expertos sacerdotes para cada disciplina: Por un lado están los bioquímicos, que afirman que el amor es una mágica mezcla de hormonas; por otro, los físicos, tratando de explicar el principio de Todo en una enorme máquina construida por ellos mismos; también hay psicólogos que reparten recetas para conseguir la paz, cuando no la perfecta felicidad; y cientos de ejemplos más. Ante todos estos dogmas de fe aplauden miles de creyentes que no saben que lo son, de una religión que pretende no serlo.
Esta doctrina contiene la esencia de todos los credos (al menos de los que yo conozco), la traición al ser humano. Como buena religión, se basa en negar al hombre en su totalidad y reducirlo a una pequeña parte de sí mismo. La Nueva Religión condena a la parte del hombre que quiere dudar de todo e intenta comprender el mundo desde sus intuiciones y sentimientos, y en lugar de pecador lo tacha de estúpido e ignorante.
Especial atención merece el hecho que se da en todas las religiones, cuya primera traición al ser humano es ejecutada sobre sus propios profetas. Así como el Cristianismo traiciona a Jesucristo negando en el toda humanidad, y convirtiendo a quien posiblemente fue un hombre ejemplar en una caricatura de sí mismo, la Nueva Religión traiciona a sus mas célebres genios (nombre con que denomina a sus profetas) obviando a la hora de recordarles las dudas que todos tuvieron, y a las que muchos de ellos dedicaron más tiempo que a los descubrimientos que nos legaron. Es más, si cualquiera de ellos viviera hoy para exponer sus dudas sería tachado de estúpido e ignorante.
La Nueva Religión ha convertido lo relativo en absoluto, y los nuevos creyentes, que presumen de no serlo, en su anhelo por saber han perdido la oportunidad de comprender.
El ser humano no debe traicionarse, debe amarse tal y como es, con sus certezas y sus dudas, sus virtudes y sus vicios. Aquel que intente negar cualquier parte de si mismo, por vergonzosa que sea, nunca llegará a ser un hombre.

1 comentario:

  1. La "sabiduría" el santo grial contemporáneo. Tiene el mismo efecto adictivo que el candy crush, la obsesión es pasar a otro nivel, pero el FIN...casi nadie recuerda cuál era.

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